El concepto de punto es difícil de definir. Nos lo podemos
imaginar como la huella que dejaría la punta infinitamente afilada de un lápiz.
Hay que imaginárselo tan pequeño que carezca de dimensiones; es decir, que no
posea longitud, ni ancho, ni fondo.
Para Pitágoras (580-500 a.C.), el punto era el inicio de sus
enseñanzas; lo consideraba lo más simple que existía. A partir de ahí, todos
los demás cuerpos geométricos eran una pluralidad de puntos; es decir, estaban
constituidos por un número infinito de puntos.
Los puntos se designan con una letra mayúscula y se
representan con un punto pequeño o una cruz, y en ocasiones con una raya, como
se muestra en las siguiente figuras:
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